Cuaderno de bitácora. Un dietario abierto al paso de los días donde han ido quedando clavados desde aforismos como lanzadas hasta sonetos con vocación de memorables. Hay pequeñas historias de vidas cruzadas a las que sólo les falta la moraleja para ser fábulas perfectas. No importa que el mismo escritor redacte su propio epitafio: «Fue riojano, aunque viajado / Doctor en melancolía » porque este pienso para perros hunde sus raíces en lo intemporal: el amor, la muerte, el erotismo, la amistad perdida los pocos temas de siempre que aquí aparecen desde la primera entrada: «¡Ah de la vida! ¿Nadie me responde?», Quevedo dixit.