Si es cierto que la encarnación de Cristo es un acontecimiento histórico, entonces el proceso de Jesús es uno de los momentos claves de la historia de la humanidad, en el que la eternidad se cruzó con la historia en un punto decisivo. De allí que resulta urgente la tarea de comprender cómo y por qué este cruce entre lo temporal y lo eterno y entre lo divino y lo humano, asumió precisamente la forma un juicio procesal.