El viento se calmó de madrugada, después de soplar cinco días seguidos. «Te volverás loca ahí sola», le había dicho Quique desde Madrid, o tal vez Londres ya nunca sabía dónde estaba su marido, pero a Julia le daba igual. Necesitaba estar sola en la Playa de los Alemanes. El chalet era pequeño y cómodo, y además ella había podido decorarlo a su gusto. Desde hacía tres años, Julia pasaba allí largas temporadas. Llegaba en abril y se quedaba hasta octubre, o quizá más tarde, si el tiempo era bueno. No le daba miedo vivir sola.
Eduardo Jordá (Palma de Mallorca, 1956) ha escrito un poco de todo: poesía (Pero sucede), libros de viajes (Tánger, Norte Grande, Pájaros que se quedan), novelas (Pregúntale a la noche), libros de relatos (Playa de los Alemanes, Yo vi a Nick Drake), ensayos literarios sobre clásicos de la narrativa breve (Lo que tiene alas) y recopilaciones de artículos periodísticos (Glorieta de los lotos, Fuera, en la oscuridad).