Pnin está considerada como «la más deliciosa de las novelas de Nabokov» (G. M. Hyde), «la más inmediatamente atractiva» (Laurie Clancy) y, posiblemente, la más divertida de toda su obra, tan rebosante de humor. Su protagonista es el profesor Pnin, un ruso de la emigración que se gana la vida dando clases a media docena escasa de alumnos desganados que acuden a su aula como quien va a ver una película de Buster Keaton. Pero los verdaderos enemigos del inefable e infeliz Pnin son los extraños artilugios de la modernidad: coches, electrodomésticos y demás máquinas que, al menos a él, no le facilitan precisamente la vida. Y también los mezquinos intereses y la mediocridad de sus colegas, una pandilla de ambiciosos profesorzuelos que ponen a prueba su infinita paciencia. O los psiquiatras entre los que se mueve la que fue su esposa, una mujer que nunca le amó pero de la que él sigue imperturbable y conmovedoramente enamorado. De modo que, al final, el ridiculizado Pnin acaba emergiendo como una figura casi heroica, un ser civilizado en medio de la incivilización industrial, el único que todavía conserva un resto
Vladimir Nabokov nació en San Petersburgo en el seno de una familia de la aristocracia en 1899, pero su trayectoria familiar primero, y luego sus inquietudes personales, lo llevaron a Alemania, Inglaterra, Francia y Estados Unidos, donde inició una brillante carrera como poeta, novelista, crítico y traductor, a la vez que enseñaba Literatura en varias universidades de prestigio. Sus novelas Mary (1926), Rey, dama, valet (1928), La defensa (1930), Gloria (1932), Risa en la oscuridad (1933), Desesperación y La dádiva (ambas de 1934), Invitado a una decapitación (1938), El ojo (1937), El hechicero (1939), La verdadera vida de Sebastián Knight (1941) y Ultima Thule (1942) precedieron el éxito monumental de Lolita (1955) que le permitió abandonar la enseñanza y consagrarse por entero a su vocación de escritor. Después llegaron Pnin (1957), Pálido fuego (1962), Ada o el ardor (1969), Cosas transparentes (1972), ¡Mira los arlequines! (1974). Entre sus obras de no ficción cabe destacar su autobiografía Habla, memoria (1951) y ensayos literarios como Nikolai Gögol (1944) o sus cursos de literatura europea, sobre el Quijote o sobre la literatura rusa. En 1961 se trasladó a Suiza, donde murió en 1977. En 2009, su hijo Dmitri accedió a la publicación de su novela inacabada, El original de Laura.