En este número de la Colección La Puerta hemos querido rendir culto a la poesía, que es la forma más elevada del lenguaje humano, íntimamente asociada a la Sabiduría. La Teogonía de Hesíodo, la Iliada, la Odisea o la Eneida de Virgilio son algunos de los grandes textos espirituales de la humanidad escritos en forma de poesía, y se les puede considerar sagrados en la medida que han sido inspirados por el único Espíritu. Esta es la poesía profética del Verbo encarnado que puede despertar la vida que duerme en nosotros. Entonces el hombre recuerda que un Dios le habita y que por él arde y canta, preso del entusiasmo profético. Dice la Tradición que en el paraíso se habla en verso. Emmanuel d'Hooghvorst escribe que la poesía hace hablar a las tumbas, y a veces, las hace cantar. Hemos hecho una selección de poesías de diferentes épocas y procedencias, surgidas de la buena inspiración, sea profética o humana, pero que tienen en común belleza y sentido. El estudio sobre Virgilio y las Musas encantadoras nos habla de la transmisión amorosa de un instrumento sagrado, la flauta bucólica, que enseña a captar el soplo de las Musas, para que así seamos movidos por la fuerza divina que entonces nos posee. Le sigue una conferencia que, en 1955, dictó Emmanuel d'Hooghvorst sobre el pitagorismo esotérico, donde nos recuerda que «no se debe hablar de los asuntos pitagóricos sin luz». De ellos habla, pues, quien comprende rectamente los oráculos, quien ha oído la voz del fuego y cono-ce la Tetraktys. Tenemos aquí la Sabiduría que se deja hallar e ilumina a los bien dotados. Nuestro asiduo colaborador A. Lynxe traduce y presenta textos de Juliano, llamado el Apóstata, quien abandonó el cristianismo para volver al seno de la religión griega, al paganismo neoplatónico, y que es probablemente el emperador romano que más próximo estuvo de la Sabiduría. Sus escritos constituyen una defensa sin fisuras de la única gnosis, la raíz común de la que han surgido las diferentes doctrinas, escuelas y religiones. Y esta gnosis o verdadera filosofía es Dios quien la otorga. Juliano afirma también que su conocimiento no está solamente fundamentado en la erudición, sino en la experiencia, y conmina a buscarla dentro de nosotros mismos y no fuera, pues hemos sido sembrados de un alma, dice, por lo tanto: «conócete a ti mismo».
"Caperucita Roja", de los hermanos Grimm, es el único cuento de autoría conocida. los hermanos Grimm escribieron gran cantidad de libros infantiles en la primera mitad del siglo XIX, recopilando el folklore popular.