El capitalismo es un sistema mundial. Por eso sus víctimas sólo pueden enfrentarse a los retos que éste plantea si también se organizan a escala internacional: En el pasado, la Primera, Segunda, Tercera y Cuarta Internacional intentaron, a su modo y con diferentes resultados, fortalecer y extender el internacionalismo de los pueblos. Hoy, los Foros Sociales dan cuenta también de esa necesidad. Entonces, ¿por qué no pensar que una nueva Internacional podría proporcionar un marco eficaz a la construcción de las convergencias necesarias para luchar contra el capitalismo salvaje que impera por doquier? Una nueva Internacional es necesaria, pero a condición de que se conciba como la Primera, y no como la Segunda, Tercera o Cuarta, es decir, siendo capaz de aglutinar a todos aquellos que quieran actuar juntos para construir la convergencia en la diversidad. Sin monopolios ideológicos (lo cual no excluye la formulación de las distintas concepciones teóricas sobre la sociedad que se desea construir). El socialismo, en este espíritu, se concibe como producto del movimiento y no deducido de una definición previa.