Entre 1906 y 1907, William James (1842-1910) pronunció una serie de conferencias que darían lugar a "Pragmatismo", manifiesto para una filosofía del futuro, más práctica y humana, centrada en la cotidianidad del hombre, que provocaría grandes críticas entre mentalidades racionalistas pero también enorme entusiasmo entre filósofos vitalistas como Bergson. Heredero del espíritu empirista y utilitarista pero abierto a interpretaciones prácticas de la metafísica y la religión, James reexaminó en esta obra no sólo algunos de los problemas perennes de la filosofía, sino también los desafíos que el evolucionismo y la ciencia moderna planteaban a las viejas concepciones de lo humano y lo divino, la verdad y la libertad. Escrito a caballo entre dos mundos, un pasado puritano que no acababa de morir y un futuro modernista que empezaba a nacer, "Pragmatismo" es un texto sumamente interesante para entender el papel de la filosofía en tiempos convulsos.
Traducción y prólogo de Ramón del Castillo
William James (1842-1910), representó un influyente papel en la difusión del pragmatismo. Por otra parte, su pensamiento se relaciona con una doctrina que él mismo llamó empirismo radical. Produjo por un lado Principios de psicología (1890), obra monumental de psicología científica, y por otro lado Las variedades de la experiencia religiosa (1902), por la que se le considera como el fundador de la "Psicología de la religión", culminación de una trayectoria vital apasionante. Entusiasta investigador de los procesos sublimi-nales de la conciencia y de los fenómenos paranormales, escandalizó al mundo científico de su tiempo cuando defendió el ejercicio libre de los sanadores mentales. En 1907 presentó Pragmatismo: Un nuevo nombre para algunos antiguos modos de pensar, en donde expresa que el pragmatismo es un método para apaciguar las disputas metafísicas que de otro modo serían interminables.