Laermer y Simmons demuestran con irreverencia cómo se ha producido un cambio radical en la relación entre vendedor y consumidor. Demuestran que para sobrevivir en los negocios hay que adoptar una actitud totalmente nueva que han bautizado como «Punk marketing» y que consiste en comprender que la distinción entre comercio, contenidos y consumidores ha desaparecido y ha llegado el momento de darle al consumidor el control sobre la marca. Los autores explican las mejores estrategias para conseguirlo y los caminos que es mejor evitar.