GONZÁLEZ, HÁZAEL / ALEJANDRO COLUCCI (Ilustración)
¿Puede existir realmente una obra previa a aquella primera parte del Ingenioso Hidalgo don Quijote de la Mancha que Don Miguel de Cervantes Saavedra llevó a la imprenta en el año 1605?
¿Y quién era el tal Házael G. González, que firmó dicho texto atribuyéndolo a Cervantes pero afirmando que lo que ese escritor publicó finalmente fue una versión modificada y muy suavizada (en la que don Quijote ya no quería ser matador de no-muertos, sino caballero andante) de aquel primer texto original? ¿Y qué hay de cierto en las fragmentarias historias, consideradas por muchos apócrifas, que narran encuentros entre el mismo Cervantes y los muertos que andan, justificando así la temprana afición del insigne escritor por ese género?
Házael González (Cerredo, 1976) asturiano de nacimiento y mediterráneo de adopción, es un viajero tan experimentado que puede decir que ha estado dentro del cráter Snaeffellsjökull y aun así no lo ha visto, que ha caminado a los pies del McKinley (o Denali) pero no ha podido contemplarlo, o que ha conducido a escasos kilómetros del santuario de Delfos en Grecia sin darse cuenta de ello. Viajero empedernido ya desde niño en una época en la que eso no era tan fácil como lo es en estos días, siempre soñó con visitar lugares tan exóticos como los estrechos Skagerrak y Kattegat, la isla de Pascua o