Democracia y libertad, razón y utopía, relación entre individuo y sociedad... los problemas que ocuparon el pensamiento de los clásicos de la Ilustración, y las propuestas aportadas por ellos mismos Montesquieu, Rousseau, Diderot, Voltaire, trascienden él ámbito de su época. De particular importancia es la distinción entre teorías políticas pluralistas Montesquieu y unitarias Rousseau, cuya influencia en el desarrollo de las democracias y de los sistemas totalitarios del siglo XX sigue siendo motivo de debate. Así como la importancia decisiva del pensamiento utópico en la cultura occidental y la diferenciación entre utopías como modelos políticos y existenciales y el pensamiento y proyección imaginaria de los seres humanos. Los artículos recogidos en este volumen constituyen una inmersión en el pensamiento ilustrado desde la perspectiva de las centurias transcurridas. Carmen Iglesias es consciente de que sí bien la comprensión del pasado nos ayuda a explicarnos el presente. no es menos cierto que el conocimiento del presente ilumina nuestra percepción del pasado. Y el influjo de las ideas que nacieron o se desarrollaron en el Siglo de las Luces ha sido tan decisivo que hemos olvidado su origen, y muchos de sus conceptos han quedado fosilizados en forma de tópicos, por lo que se impone efectuar una mirada rigurosa sobre aquella época de esplendor para el pensamiento, y de cuyos valores somos herederos y directos beneficiarios.
Carmen Iglesias Cano, condesa de Gisbert (Madrid, 1942), es historiadora, profesora y directora de la Real Academia de la Historia, experta en el siglo XVIII y en historia de las ideas.Se formó en la Universidad Complutense de Madrid. Allí se convirtió en ayudante del profesor Luis Díez del Corral, y fue catedrática desde 1983. Un año después fue tutora de la infanta Cristina en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología. Entre finales de los años ochenta y 1993 ejerció como profesora de Historia del príncipe Felipe.En 1989 fue elegida académica de número de la Real Academia de la Historia, la segunda mujer de la historia de la institución desde 1935. En el año 2000 fue nombrada también académica de número de la Real Academia Española, donde ocupó el sillón E, vacante tras la muerte del escritor Gonzalo Torrente Ballester. Entre 1996 y 2004 sirvió como directora del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, y como consejera nata del Consejo de Estado. Fue coordinadora y prologuista de la obra Símbolos de España, que mereció el Premio Nacional de Historia de España en el año 2000.De 2007 a 2011 presidió el grupo Unidad Editorial, y en 2011 fue nombrada Cronista Oficial de la Villa de Madrid.Entre diversos premios y distinciones, recibió en 1995 la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio. En 2014, por su brillante e intensa labor académica y docente, el rey Juan Carlos I le otorgó el título de condesa de Gisbert.Su abundante obra escrita incluye decenas de artículos, reseñas, colaboraciones y libros, entre ellos, El pensamiento de Montesquieu (1984), Razón y sentimiento en el siglo XVIII (2001), Razón sentimiento y utopía (2006) y No siempre lo peor es cierto. Estudios de historia de España (2009).