FIZ SANTOS, REGINA / GONZALEZ, CELESTE / ANGUITA MIRON, JORGE (Ilustración) / CARLA BERROCAL (PORTADA) (Ilustración)
Una conversación mantenida entre 2013 y 2016 sin cortapisas, que chapotea explícitamente en arenas movedizas como el cambio de sexo, lo queer, la supervivencia, la pornografía, el arte, la adicción, la construcción de género, la prostitución, el estradiol, la identidad, lo epiceno, la cultura, la división biológica hombre-mujerà Pero también en las aguas revueltas de dos personas solas, Celeste en Canarias, Regina, siempre viajando, que se necesitan y desean acompañarse incansablemente por medio de cartas y más cartas hasta la extenuación, escritas como y cuando sea, siempre desde lo excesivo y la exigencia de sentirse leída por y para la otra.
Regina Fiz Santos, nacida en el norte de Portugal, emigra a Brasil con su familia cuando tiene seis años. A los diecisiete regresa a Europa. Londres, Lisboa y Madrid son ciudades donde Regina se convierte, en poco tiempo, en un personaje indispensable de la noche. Pronto entra en contacto con artistas que despiertan su curiosidad y atraen su atención hacia movimientos como la «postpornografía» y el «arte queer». Actualmente es muy difícil encontrarla en la noche, pero su nombre aparece unido, cada vez con mayor frecuencia, al de creadores de renombre internacional. «Regina es un resultado y también un proceso. Es el resultado de una experiencia de vida en constante lucha conmigo misma y con las normas. La rebelión contra mi cuerpo y lo que me rodea me lleva a la aceptación de la lucha hasta convertirla en proceso. Afirmar mi identidad es un problema que se transforma en lucha política. Mis piezas son una búsqueda: a través de ellas me defino, descubro mi sexualidad, los signos que me habitan, los fetiches, los monstruos que respiro? Me gusta colaborar con otros artistas, buscar nexos y apoyarnos mutuamente para dar forma a nuestras necesidades. El espacio, los espacios, se habitan y se construyen desde un diálogo común y compartido. Muestro mi cuerpo, mi sexualidad, mi espacio más íntimo, habitado desde lo privado y en comunión compartida con el espectador».