Los nexos y relaciones entre Roma, Tibur y la Bética son anteriores a la época adrianea, pero es en esta época cuando alcanzan cohesión y fuerza especiales. El aglutinante es el emperador Adriano, nacido en Roma aunque oriundo de la provincia Bética, cuya residencia privada fue la magnífica Villa de Tibur. Poblada el área tiburtina de ricas mansiones y villas pertenecientes a la poderosa élite senatorial de origen hispano y bético, la conjunción de intereses y circunstancias entre Roma, Tibur y la Bética constituye un fenómeno de máximo interés para historiadores y para arqueólogos, al que se ha prestado atención en numerosas ocasiones, hitos memorables de la investigación algunas de ellas.
Renovar el panorama científico y presentar algunas de las novedades y de los avances más recientes sobre el tema, tanto en el plano histórico como en el arqueológico, es el objetivo de este nuevo libro. La proyección monumental de los tres escenarios contemplados es más que considerable y refleja una vez más el poder de irradiación extraordinario que alcanzó Roma y la capacidad de absorción demostrada por los pueblos y territorios estrechamente ligados a ella, como es el caso de la provincia Bética.
Especialistas en los diversos temas planteados ofrecen nuevo enfoque y tratamiento a cuestiones candentes de la investigación sobre temas adrianeos.