El Romancero gitano se publicó en junio de 1928, en la Revista de Occidente. La expectación
creada antes de su publicación por las varias lecturas en público que el mismo Lorca llevó a
cabo hizo que esa primera edición se agotase inmediatamente.
El libro reúne 18 romances, escritos entre 1924 y 1927, que mezclan lo narrativo y lo lírico.
En palabras de Lorca: «el libro es un retablo de Andalucía, con gitanos, caballos, arcángeles,
planetas, con su brisa judía, con su brisa romana, con ríos, con crímenes, con la nota vulgar
del contrabandista, y la nota de los niños desnudos de Córdoba que burlan a San Rafael.
Un libro donde apenas si está expresada la Andalucía que se ve, pero que está temblando la
que no se ve. Y ahora lo voy a decir. Un libro anti-pintoresco, anti-folklórico, anti-flamenco».
Se trataba de un pequeño volumen, impreso en papel de mala calidad, en el que llamaba la
atención el diseño de cubierta de la que Gabriel Celaya dijo cuando la vio en un escaparate:
«su autor me era desconocido, y su título no me decía nada. Pero había en la cubierta un
dibujo en rojo y negro que me fascinó»
Reproducimos el ejemplar personal de Dámaso Alonso, dedicado por su amigo Federico
al que añadió, también, un dibujo a lápiz con firma autógrafa del poeta. Se conserva en la
biblioteca de Dámaso Alonso, con signatura BA IV-6-6-15, donada a la Academia por disposición
testamentaria.
Federico García Lorca hijo de un rico propietario y de una maestra, vivió una infancia rural a la que sumó una completa formación. Se trasladó a Madrid, donde se alojó en la Residencia de Estudiantes y conoció a sus compañeros de generación y a muchas figuras del panorama artístico. En este ambiente conoce las Vanguardias, pero su personal sensibilidad sobrepasa las modas y triunfa definitivamente con su emblemático Romancero gitano. Tras vivir una enriquecedora temporada en Cuba y Nueva York (el impacto de esta ciudad da lugar a Poeta en Nueva York), vuelve a España. Durante la República, dirige la compañía La Barraca, grupo teatral universitario con el que llevó el teatro clásico por todos los rincones de España. En 1933 visita Buenos Aires, donde sus dramas obtienen gran éxito. De regreso, Lorca, que es ya poeta de éxito, manifiesta públicamente sus ideas de izquierdas; este hecho lo pone en el punto de mira de los nacionales que lo asesinan nada más estallar la guerra civil, dos meses después de terminar La casa de Bernarda Alba. Otras obras destacadas del autor son Poema del cante jondo, La zapatera prodigiosa, Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita la soltera o el lenguaje de las flores, Mariana Pineda y El público, todas ellas publicadas en Austral.