«Durante muchos años en España se olvidaron las buenas maneras, la buena educación. Fue un sarampión como otro cualquiera. Por oscuras razones que jamás entendía, observar las más elementales normas de convivencia se asimilaba a no ser progresista. Pasaron los años, y el tiempo, que siempre pone las cosas en su lugar, hizo resurgir las buenas maneras, las que no se enseñaban ya en los colegios, y de pronto algunos descubrieron que, tanto en la vida privada como en la pública, las buenas formas son fundamentales. que la libertad propia termina donde empieza la libertad de los demás. Eso, en definitiva, es respeto. Esa enseñanza de buena convivencia en lo cotidiano es lo que se intenta transmitir en todos los artículos de Montse Solé que hemos publicado a lo largo de los últimos años» \n