El abrirse del cuerpo desde dentro los bordes que se engruesan y se expanden, como a punto de estallar y de romperte desmesura que no parece humana o que tu cuerpo la pueda contener (cruje el desgarro) mientras que tu consciencia ese segundo parece interrumpirse o empozarte, tal vez estés tocando la discontinuidad (Bataille), más bien como un cuchillo en una tela (tu materialidad carne es del tiempo), es ella quien te raja y se interrumpe en ese grito tu rostro que al hincharse se deforma, hasta abismarte o tangenciar tu muerte.