«Era la primera vez que el Mago se dirigía a ella. Le había hablado por fin, por su propia boca, o por boca del mancebo. ¿No era aquello un triunfo? Aunque fuera a costa de su cólera, lo había doblegado. De algo sirve la risa, se dijo, y volvió a reírse por lo bajo, cuidando esta vez que nadie la oyera.»
La historia de Sara y Abraham es la de un peregrinaje por reinos hostiles y tierras inhóspitas cumpliendo con las arbitrarias indicaciones que le son transmitidas a Abraham por el Mago, un ser multiforme al que no parece gustar la risa.
Pese a que generación tras generación se creyó que esta era una historia protagonizada por hombres, es Sara la que realmente la dota de autenticidad. Sara con su ironía, su humor, su incredulidad, su tesón y su capacidad para cuestionar los designios divinos que nadie más está dispuesto a contravenir.
Con el ritmo de una de esas historias que se contaban al calor del fuego, Sergio Ramírez construye en esta novela un brillante divertimento a partir de una figura sacada de la Biblia pero vestida con el ropaje de la sensibilidad femenina más actual. El relato de la rebeldía inteligente de una mujer que decide tomar las riendas de su vida hasta conseguir cumplir el mayor de sus anhelos #el de ser madre#, y preservarlo por encima de todo.
Sergio Ramírez, ganador del Premio Alfaguara de Novela con Margarita, está linda la mar en 1998, nació en Masatepe, Nicaragua, en 1942. Es parte de la generación de escritores latinoamericanos que surgió después del boom, y tras un largo exilio voluntario en Costa Rica y Alemania abandonó por un tiempo su carrera literaria para incorporarse a la revolución sandinista que derrocó a la dictadura del último Somoza. Reemprendió la escritura con la novela Castigo divino (1988), que obtuvo el Premio Dashiel Hammet en España, y la siguiente, Un baile de máscaras, ganó el Premio Laure Bataillon a la mejor novela extranjera aparecida en Francia en 1998. Alfaguara ha publicado también sus Cuentos completos, con un prólogo de Mario Benedetti (1998)