Nadie mejor que Eugenio Noel para entender el eclecticismo que invade a Sevilla. Desde el frenesí de una ciudad donde el barroco va impregnado en la piel, hasta la propia contradicción que sume al sevillano en la paradoja de amarla y odiarla al mismo tiempo.
"Sevilla es un nombre evocador; Sevilla, en los días litúrgicos de la Semana Santa, es la Meca de los peregrinos del asombro. ¿Quién no ha oído celebrar esos siete días sevillanos que empiezan por un funeral y terminan en una orgía? ¿Y quién no ha pensado cómo puede toda la ciudad, y una ciudad tan grande, interesarse en la comedia sagrada hasta vivir sólo para ella y sacrificarla lo que un andaluz no abandona ni declina jamás: su personalidad...? Lo que mueva su espíritu a intervenir en el drama de la Pasión de Jesús tiene que ser profundo sentimiento religioso, masculina exaltación de la justicia o cualquiera otra vigorosa réplica a su temperamento, pasivo por naturaleza y zumbón por gracia, poco dado, en su hábito de ironía y siesta, a intervenciones efectivas en los dominios del espíritu puro, de la redención abstracta".
Así define el autor a una ciudad que, a pesar y gracias a sus contradicciones, le cautivó profundamente. "Semana Santa en Sevilla" es una obra de imprescindible lectura para comprender la visión de la preocupación regeneradora de España que atravesó los paradójicos caminos de lo superficial frente a lo trascendente, de lo costumbrista frente a las vanguardias, de los toros y el flamenco frente a la miseria...
Eugenio Noel definido por Bergamín como «un escritor de indudable talento y nobles propósitos, hombre de origen humilde, del que se enorgullecía justamente, pues alcanzó notoriedad merecida por su estudio y esfuerzo» quedó eclipsado incomprensiblemente en su época. De ahí la justicia de reeditar su obra para acercarnos a contextualizar lo que somos y lo que hemos sido.
Eugenio Noel (Eugenio Muñoz Díaz, 1885-1936) escritor, periodista, conferenciante y propagandista, de orígenes humildísimos, gozó de la protección de la duquesa de Sevillano, que costeó su formación a través de estudios de seminario entre Tardajos, Madrid y Malinas (Bélgica). Allí descubrió su vocación de escritor. Tras dejar la religión llevó una vida de periodista bohemio mientras flirteaba con estudios de Derecho y algunos trabajos, e incluso fantaseó con la posibilidad de ser torero. En esa época tomó el Noel de una de sus compañeras sentimentales, María Noel, alias Mimí. En 1909, se alistó voluntario para África e inició su verdadera carrera literaria. Su libro Notas de un voluntario, y el encarcelamiento que sufrió por uno de sus reportajes, le dieron bastante popularidad y su fama de escritor combativo comenzó a ganar en importancia frente a la propia obra literaria. Entonces Noel se atreve a lanzar una campaña regeneradora, de marcado acento republicano y socialista, que encontró en el flamenquismo y en los toros su gran excusa crítica. Publicó entre 1912 y 1920 los libros: República y flamenquismo, Pan y toros, Escenas y andanzas de la campaña antiflamenca, Las Capeas, Señoritos, chulos, fenómenos, gitanos y flamencos, Semana Santa de Sevilla. También se hace asiduo de las colecciones de novela corta -El rey se divierte, Un rasgo de humorismo de Matías Words, Vida de un fenómeno, El as de oros-, y pone en marcha sus fugaces semanarios, El Flamenco y El Chispero, en 1914. Aunque Noel no dejará sus campañas, entre otras cosas convertidas en un precario medio de vida, y llenas de incidentes aquí y en América debido al tono acre de sus denuncias, desde 1914 acentúa su crisis regeneradora y vira hacia un auténtico noventayochismo con sus libros Nervios de la Raza, Piel de España, España nervio a nervio, Aguafuertes ibéricos, hasta bien entrados los años veinte. Ya en esos años se le ve enfrascado en la labor de un gran proyecto, la "Novela de la vida de un hombre", germen de Diario íntimo, un enorme diario inacabado que Berenice publicó en 2013. Totalmente desesperado por la maltrecha economía y abrumado por una sensación de fracaso que no se puede quitar de encima, todavía en 1927 llega la que la historia literaria considera su mejor novela, Las siete cucas. Eugenio Noel moriría en un hospital de beneficencia de Barcelona en 1936.