Un manifiesto filosófico contra todo lo que supuestamente nos hace más productivos y modernos.Un ensayo audaz en defensa del silencio, la lentitud, la soledad, la introversión y la naturaleza. Esto no es un libro de autoayuda, sino un manual de resistencia frente a la extrema productividad y el estrés del día a día. En este ensayo, que es, a su vez, todo un manifiesto filosófico y político, la paz y el descanso se sobreponen a los ruidos del mundo moderno.En ¡Silencio!, Pedro Bravo hace un recorrido crítico por toda la inquietud que nuestra forma de vida trae incorporada de serie. Desde la definición física de sonido, silencio y ruido a las desasosegantes formas de captar nuestra atención que diseñan las empresas tecnológicas, pasando por la imposición del exhibicionismo y la extroversión como maneras de satisfacer un ego hipertrofiado. Respaldado por innumerables datos yautores, Bravo elabora una brillante defensa de que parar, callar y escuchar es la vía para empezar a hacer las cosas de otro modo. La nueva colección Endebate es el hogar de aquellos textos breves que presentan una opinión, defienden una actitud o cuentan una historia, pero son más un aperitivo que un banquete, estimulan la conversación más que saciarlae inician un festín (que no clausuran). Como los mejores bocados, entran por los ojos y dejan un largo poso en el paladar.Sobre otros libros de Pedro Bravo: «Exceso de equipaje, de Pedro Bravo, es muy recomendable porque ofrece un panorama amplio y detallado». Jorge Dioni López, autor de El malestar de las ciudades.«Cabo Norte, un libro luminosamente melancólico, nos demuestra que escribir es volver a viajar». Bernardo Gutiérrez, Librújula.
Pedro Bravo ha sido guionista, crítico de música y traficante de titulares. Como periodista, su mayor logro ha sido conseguir cobrar de cuatro diarios nacionales sin convertirse a ninguna de sus religiones. También ha trabajado en unas cuantas revistas, masculinas, femeninas e incluso sin género, y ha escrito chistes no muy buenos para programas de tele que no estaban mal. Estuvo al frente de un sello discográfico y militó en una banda de punk electrónico.Actualmente, sigue ejerciendo el periodismo allí donde aún existe, ofrece contenidos de nivel a todo tipo de organizaciones y codirige un festival de electrónica audiovisual. Todo ello mientras la autoridad lo siga permitiendo. Por cierto, no le gusta la autoridad y cree que el sentimiento es mutuo.