Leyendo los relatos de "Sin permiso" es inevitable preguntarse quién es la mujer que se interroga sobre sí misma, que se mira al espejo, que entra con paso vacilante en una estancia en la que no sabe si le espera la gloria o el desencanto, en qué piensa. Su retrato va emergiendo con una claridad turbadora a medida que el lector se adentra en sus preguntas, íntimas e incisivas.