«El nacionalismo es sin duda la más poderosa y quizás la más destructiva fuerza de nuestro tiempo. Si existe el peligro de aniquilación total de la humanidad, lo más probable es que dicha aniquilación provenga de un estallido irracional de odio contra un enemigo u opresor de la nación real o imaginario [...]. Quizás la humanidad viva lo suficiente para ver el día en que el nacionalismo parezca absurdo y remoto, pero para ello deberemos entenderlo y no subestimarlo; y es que aquello que no es comprendido no puede ser controlado: domina a los hombres en lugar de ser dominado por ellos.»
Isaiah Berlin a los seis años se trasladó con su familia a Petrogrado (ahora San Petersburgo), donde vivió la revolución bolchevique. En 1919 emigró a Inglaterra. Estudió en Oxford y fue fellow del college All Souls. Diplomático en Washington y Moscú en 1941 y 1942, fue también presidente de la Academia Británica de 1974 a 1978. Sus logros en el campo de la historia de las ideas le hicieron acreedor de los premios Eramus, Lippincott y Agnelli. Entre sus numerosos libros destacan Cuatro ensayos sobre la libertad, Conceptos y categorías, Pensadores rusos, Vico y Herder y este El erizo y el zorro.