Este libro representa un fundamento filosófico importante para entender y aceptar lo que el lenguaje de la dirección ha denominado planeación estratégica. Se profundiza en el papel principal que tiene la voluntad del hombre en esa planeación, cuyo estudio hasta ahora ha sido abordado desde el punto de vista preferentemente intelectual, y frecuentemente racionalista: no se trata de pensar lo que se quiere, sino de querer lo que se piensa. La relación que se lleva a cabo entre la idea práctica, como causa ejemplar, con las demás causas del acto humano (eficiente, final, formal y material), otorga al estudio una visión escénica global, dejando en claro muchos puntos que se encontraban desubicados en la conducta del hombre que quiere configurar su futuro.