En 1936, en un verano caluroso, y un otoño insensato, Madrid era pasto de los aviones franquistas. La ciudad que resistía a las bombas, al hambre, a la desesperación, con sus miles de ciudadanos acogotados por una guerra salvaje y lunar, se convirtió en el escenario del miedo y de la infancia de Tere, y de muchos niños como ella. Los ojos de una niña de la guerra civil española grabaron en el templo de sus pupilas afortunadamente vivas aún, todas aquellas imágenes de una España que se nos quedó atascada en la garganta como un grito silente. Sobre mis escombros es el recuento, la novela y las memorias de las pequeñas cosas que sobreviven a pesar de tanta destrucción. Cada visión de este libro destapa la imagen tierna y terrible de un país desolado y cuajado de dignidad. La perspectiva de la infancia, la lógica aplastante de la ingenuidad que nos atraviesa desde los ojos de una niña, cristaliza en cada palabra de este páginas y se quiebra a la vez. La memoria y el recuerdo son delicados como el papel de una carta, y están llenos de olvido. Por fortuna aquí la memoria ganó al olvido.