Social, humano, local, sostenible Recientemente, el desarrollo se ha revestido de trajes nuevos que satisfacen los criterios de organizaciones internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Pero la lógica económica sigue siendo la misma, y el modelo de desarrollo sigue conforme a la ortodoxia neoliberal. Sin embargo, el desarrollismo se apoya en creencias escatológicas basadas en la idea de la prosperidad material para todos que sabemos que es perjudicial e insostenible para el planeta. Es necesario, pues, replantearnos las nociones de crecimiento, pobreza y necesidades fundamentales, y deconstruir nuestro imaginario económico, en particular, lo que afecta a la occidentalización y a la globalización. Es evidente que no se trata de proponer una imposible vuelta atrás, sino de reflexionar sobre las formas de una alternativa al desarrollo: especialmente el decrecimiento convivencial y el localismo.