Aunque José Manuel Caballero Bonald es mayoritariamente conocido como novelista, es en el terreno de lo poético donde se encuentra el centro motor de toda su obra. Esta selección, Summa vitae, representa una parte esencial de una poesía cívica, amatoria, social, meditativa, metafísica que es, sin duda, una de las propuestas más singulares del panorama poético español en la segunda mitad del siglo xx. En efecto, aunque participa de todas y cada una de las líneas dominantes que caracterizan a la generación del 50 en la que historiográficamente se le suele incluir no es reductible a ninguna de ellas. Pese al tono quevedesco de muchos de sus fragmentos, a la musicalidad a veces lopesca de su dicción, es en Góngora, y en su inmediato antecedente, Juan de Mena, donde encontramos los orígenes de una poética que, tanto en lo que se refiere al utillaje formal de la escritura, como en lo que remite a la concepción crítica del hecho literario, asume plenamente el carácter retórico, es decir, verbal, de nuestra relación (mediada) con el mundo.
José Manuel Caballero Bonald nació en Jerez de la Frontera en 1926. Su padre era cubano y su madre pertenecía a una rama de la familia del vizconde de Bonald -el filósofo tradicionalista francés- radicada en Andalucía desde fines de siglo. Fue profesor de literatura española en la Universidad Nacional de Colombia y en el Bryn Mawr College y trabajó en el seminario de lexicografía de la Academia de Lengua. Ha obtenido los premios de poesía Platero, Boscán y Reina Sofía, y los de novela Biblioteca Breve, Ateneo y Plaza & Janés. También ha recibido en tres ocasiones el Premio Nacional de la Crítica, dos como poeta y una como novelista. Es autor, entre otras obras, de los poemarios Las adivinaciones (1952), Las horas muertas (1959), Descrédito del héroe (1977), Laberinto de Fortuna (1984) y Diario de Argónida (1997) y de las novelas Dos días de setiembre (1962), Ágata ojo de gato (1974), Toda la noche oyeron pasar pájaros (1981), En la casa del padre (1988) y Campo de Agramante (1992). También en Alfaguara ha aparecido la segunda parte de sus memorias, La costumbre de vivir (2002).