Cuenta la leyenda que un sirviente del emperador llevaba un valioso mosaico de cerámica y tropezó rompiéndolo en pedazos. Intentó recomponerlo, pero fue imposible. Observó que podía formar otras figuras con los fragmentos. Así ocurre con las historias que conforman este libro. Una obesa mórbida, antigua diva del teatro, encierra a dos universitarios en un sótano de Getxo. Un psicópata asesino elige Reikiavik para sus crímenes. Un ladrón rehabilitado intenta recuperar el botín que enterró en una zona indeterminada de Londres. Un mafioso recién llegado a un pueblo calabrés se gana el respeto de los ciudadanos a quienes extorsiona. Un detective se debate entre el deber policial y sus obsesiones sexuales. Con estos mimbres y otros que no conviene desvelar Márquez urde un thriller de historias cruzadas que se leen con la respiración contenida; siete historias que son una y que, sin embargo, no dejan de ser siete; un puzle de ingenio y creatividad como el del juego chino homónimo.