Cuarenta años después de que Barthes vaticinara que «la obra de Brecht sería cada vez más importante», cabe preguntarse si tal profecía se ha cumplido sin matices. La aparición de un copioso volumen con su teatro completo quizá sea buen momento para averiguarlo. Repasando sus treinta y tantas obras, advertimos algunas constantes de su teatro. Por ejemplo, el clásico primum vivere, deinde philosophari , que él tradujo en La ópera como «primero comer, después moralizar», ya figuraba en La Biblia , una pieza breve escrita a los quince años, que aparece aquí por vez primera en español. Y han pervivido sin tambalearse secuencias y personajes inolvidables: esa eficacia teatral para transmitir el «terror» y la «miseria» en algunas escenas de Terror y miseria