María Teresa León (1903-1989) es una escritora de una amplia y dilatada obra de creación que comprende varios géneros literarios: novelas (Contra viento y marea, 1941; Juego limpio, 1959), cuentos y relatos (Morirás lejos..., 1942; Las peregrinaciones de Teresa, 1950; Fábulas del tiempo amargo, 1962; Menesteos, marinero de abril 1965), biografías noveladas (El gran amor de Gustavo Adolfo Bécquer, 1946; Don Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid Campeador, 1954; Doña Jimena Díaz de Vivar, gran señora de todos los deberes, 1960; Cervantes, el soldado que nos enseñó a hablar, 1978), ensayos (La historia tiene la palabra, 1944), teatro y un extraordinario y hermosísimo libro de memorias titulado Memoria de la melancolía (1970).
María Teresa León fue una mujer de teatro, auténtica (actriz, autora, directora de escena, ensayista), desarrolló una intensa actividad escénica durante los años de la guerra civil: fundadora de Nueva Escena, la sección teatral de la antifascista Alianza de Intelectuales para la Defensa de la Cultura; vicepresidenta del Consejo Central del Teatro; directora del Teatro de Arte y Propaganda, instalado en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, y directora de las Guerrillas del Teatro. La vocación escénica de María Teresa León, sin embargo, se vio frustrada por las circunstancias del exilio (Francia, Argentina e Italia), aunque siguió cultivando la literatura dramática, pues a Huelga en el puerto (1933) siguieron obras como La libertad en el tejado, una aún inédita adaptación libre de la Misericordia galdosiana o el guión dramático-radiofónico Sueño y verdad de Francisco de Goya, hasta la fecha también inédita, ambos publicados por la editorial Renacimiento en el libro: Teatro de Maria Teresa León.
Manuel Aznar Soler (Valencia, 1951) -prologuista de esta edición- es catedrático de literatura española contemporánea en la Universitat Autónoma de Barcelona.
María Teresa León fue una escritora polifacética, miembro de la generación del 27. Escribió novelas, cuentos, biografías, obras de teatro, guiones radiofónicos y cinematográficos, memorias; compaginó esta actividad con su dedicación al teatro y al periodismo. A este se dedicó toda su vida, desde sus primeras colaboraciones en Diario de Burgos y La Correspondencia Militar, pasando por las que hizo para Heraldo de Madrid, Ahora o Nueva Cultura, hasta las que aparecieron en revistas rusas, mexicanas, argentinas y venezolanas. Fue, además editora de prensa (Octubre, El Mono Azul) y directora (¡Ayuda!).