La liberalización de las telecomunicaciones ha contribuido a una oferta más plural, a precios más reducidos y con mayor satisfacción del consumidor. El acceso al mercado tiene lugar con una simple comunicación previa a la Administración. Además, la normativa favorece la eficiente utilización de los recursos escasos, así como la ocupación del dominio público o la propiedad privada. Sin embargo, en sectores vinculados a grandes redes, la rivalidad no siempre surge con la mera proclamación de la libre iniciativa. De ahí que las autoridades puedan imponer obligaciones singulares a las empresas con poder significativo de mercado. La regulación asimétrica constituye así una delicada intervención pública, no exenta de riesgos, cuyos resultados hay que ponderar cuidadosamente. La aplicación del Derecho de la Competencia como complemento y alternativa a la regulación sectorial tiene una importancia cada vez mayor en el sector. La segunda edición de la presente monografía incorpora un nuevo y extenso capítulo en el que se analiza con detalle el tema. Finalmente, el mercado tiene también sus limitaciones. Esta es la razón de ser del servicio universal, que garantiza a todos los ciudadanos el acceso a prestaciones esenciales, en condiciones de igualdad, con precios y niveles de calidad adecuados.