Es posible adentrarse en la teología por muchas puertas. Lo decisivo no es cuál se elige, sino ahondar en el Misterio que se va desvelando a cada paso. Una de estas puertas es la escatología.
No deja de resultar sorprendente que la teología dogmática haya relegado la reflexión sobre las cosas últimas al final de la historia y también del curso teológico. Sin embargo, los primeros cristianos entendían que su existencia era intrínsecamente escatológica, de modo que la meta a la que aspiraban estaba actuando ya sobre su presente y su pasado.
La perspectiva escatológica se revela, entonces, como la clave de bóveda del pensamiento cristiano, su base y su principio rector. El reto consiste en tratar de iluminar todas las áreas de lo real a partir del futuro siempre presente. Entender a su luz la creación, al hombre, a Dios, al Hijo enviado a esta tierra, al Espíritu dador de vida, a la Iglesia que peregrina en este mundo.
Este giro copernicano no se asienta en el vacío ni en la pura reflexión teórica, sino que tiene su lugar natal en la celebración litúrgica. En ella los seguidores de Jesús descubren su identidad más profunda y el sentido de su existencia al anticipar celebrativamente la presencia actuante del Señor resucitado.
Ioannis Ziziuolas (1931-2023) es uno de los teólogos más reconocidos de la Iglesia Ortodoxa de Constantinopla. Su conocimiento de la patrística y su labor ecuménica hacen de él una referencia decisiva en la teología contemporánea.
Ioannis Zizioulas nació el año 1931 en Katafigió (Grecia). Estudió teología en las Universidades de Tesalónica y Atenas, y en el Instituto ecuménico de Bossey (Céligny, Suiza). De 1955 a 1957 completó estudios de patrística y filosofía en la Universidad de Harvard (Estados Unidos). En 1965 presentó su tesis doctoral, «La unidad de la Iglesia en la divina eucaristía y en el obispo durante los tres primeros siglos», en la Universidad de Atenas. Comienza entonces su tarea docente como teólogo laico, que compagina con la participación en la Comisión Fe y Constitución, del Consejo ecuménico de las Iglesias. Ha sido profesor de teología en las Universidades de Edimburgo, Glasgow, Tesalónica y Londres. En 1986 fue elegido metropolita titular de Pérgamo con la misión de supervisar el diálogo teológico interconfesional y las relaciones eclesiales ortodoxas. Es doctor «honoris causa» del Instituto católico de París y de la Facultad de teología de Belgrado, y miembro de la Academia de Atenas desde 1993. Entre sus obras cabe destacar «El ser eclesial» (2003) y «Comunión y alteridad» (2009). Asimismo, ha publicado numerosos artículos teológicos y participado en la elaboración de varios documentos ecuménicos relevantes.