Más de tres mil conventos fueron muchos conventos. A estas cifras se llegaba en la España de mediados del siglo XVIII. Más de dos mil se habían fundado entre los siglos XVI y XVII. De la configuración de esta España conventual, del despliegue de cientos y cientos de nuevos conventos de frailes y de monjas a lo largo de la Edad Moderna y del extraordinario brío fundacional de aquella sociedad se ocupa este libro. Pero ésta no es una historia institucional ni eclesiástica de ese proceso de expansión conventual. Abordamos un fenómeno que tuvo una dimensión social incuestionable y lo analizamos desde los mimbres y las preguntas de la historia social y del poder. Nos situamos ante un proceso que también alentaron las propias órdenes religiosas y que, en suma, envolvió al conjunto de la sociedad española del Antiguo Régimen. Desde la perspectiva de muchos fundadores un convento fue también un instrumento de poder. Hay una historia social e historia del poder detrás de todo el proceso de proliferación conventual.