El principio de Todos muertos tiene aspecto de pesadilla sarcástica, una sensación que se hace más intensa conforme avanza la impactante lectura y un delirante baile de máscaras se une a un rosario de crímenes. En Todos muertos nada es lo que parece, y así una vieja resulta ser un joven homosexual, tres policías son en realidad tres delincuentes...