El prolífico escritor que fue Alejandro Dumas cultivó también el género biográfico. Lo que Dumas pretende con estas biografías noveladas es acercarnos a sus protagonistas, y sumergirnos en su época, en sus pasiones, en sus motivaciones, en las circunstancias que dieron lugar a unas vidas dedicadas en cuerpo y alma a la creación con resultados de una brillantez muy pocas veces alcanzada.
La elección de los tres personajes −Miguel Ángel, Tiziano y Rafael−, el hecho de que fueran contemporáneos, aumenta nuestro asombro ante el caudal creador incomparable que fue el Renacimiento italiano. Dumas nos acerca a estos genios, los humaniza ante nosotros, les da vida, nos ayuda a entenderlos y nos empuja a querer conocer mejor su obra. El resultado es un libro de una amenidad absoluta.
Hijo de un militar francés que dejó a su familia en la ruina, Dumas tuvo que abandonar pronto los estudios. En París, donde llegó en 1823, completó su educación autodidacta. Desde muy temprano, empezó a escribir poemas y relatos, además de obras teatrales. En 1829, obtiene un éxito teatral con < i > Enrique III y su corte < /i > . Desde entonces, inicia una enorme producción literaria, y, además de teatro, novelas de viajes y biográficas, publica las novelas históricas con las que obtendrá un enorme éxito, como < i > Los tres mosqueteros < /i > (1844), < i > El conde de Montecristo < /i > (1845), < i > La reina Margot < /i > (1845) o < i > El tulipán negro < /i > (1850), etc. De vida agitada y derrochadora, ganó muchísimo dinero aunque estaba siempre endeudado. Los últimos años de su vida vivió gracias a sus hijos, Alexandre Dumas, también escritor, fruto de su relación con una modista, y Madame Petel, que tuvo con un actriz, que en su día le obligó a reconocer a ambos.