Más que historias estos cuentos son casi mitos, que atrapan con pinceladas de belleza y dibujan símbolos en el aire. Rebeldes, libres y muy apasionados, los cuentos de Luisa Valenzuela son el mejor ejemplo de la intensa literatura de una de las voces más profundas de la actual narrativa latinoamericana. Pero contar historias puede ser eso y mucho más. Porque podrá uno buscar en estos cuentos y perderse en la inmensidad. Podrá dar vueltas en la calesita sin saber si las paralelas acabarán por juntarse. O podrá reír con el ritual de los chapayecas, así hasta perderse en el laberinto de los días y las palabras.
Luisa Valenzuela nació en Buenos Aires. En 1959 se radicó en París donde escribió su primera novela Hay que sonreír. Trabajó como periodista en el diario La Nación y en la revista Crisis, entre otras. En 1979 se trasladó a los Estados Unidos. Dictó durante diez años diversos seminarios y talleres de escritura en las universidades de Nueva York y Columbia. Fue profesora invitada del New York Institute for the Humanities, del Fund for Free Expression y miembro del Freedom to Write Comitee de PEN American Center. Trabajó con Amnisty International y con Americas Watch. Obtuvo la Beca Guggenheim en 1983. Su extensa obra comprende las novelas Hay que sonreír (1966), El gato eficaz (1972), Como en la Guerra (1977), Cola de lagartija (1983), Novela negra con argentinos (1990), Realidad nacional desde la cama (1990) y La travesía (2001); los libros de cuentos Los heréticos (1967), Aquí pasan cosas raras (1976), Libro que no muerde (1980) Donde viven las águilas (1983) Cambio de Armas (1982), Simetrías (1993), todos ellos reunidos en el volumen Cuentos completos y uno más (1999) y BREVS. microrrelatos completos hasta hoy (2004), y Tres por cinco. Cuentos (Páginas de Espuma, 2008). Su obra ha sido traducida al inglés, alemán, francés, portugués, holandés, japonés y croata entre otros idiomas. Sus cuentos integran numerosas antologías. Ha recibido premios, reconocimientos y distinciones, entre varios, es Doctora Honoris Causa por la Universidad de Knox, Illinois, y en 1997 recibió la Medalla Machado de Assis de la Academia Brasilera de Letras. Reside en Buenos Aires desde 1989.