Para los personajes de estos Trescientos días de sol el mundo parece ser creado de nuevo cada día. Las doce historias que componen este libro podrían transcurrir simultáneamente, con personas que se cruzan entre las señales de tráfico y tratan de encajar en sus entornos sin que esto signifique para ellos una claudicación. Los relatos de este libro pueden leerse como variaciones musicales con un bajo continuo: el del delito o su posibilidad. Los protagonistas que van apareciendo lo sufren en algún momento, lo cometen o son testigos de él: pequeños hurtos, un afilador que usa como arma el cuchillo que le acaban de dar, un empleado público que se convierte en cómplice de un pederasta, un guarda forestal que ama la naturaleza y acaba acompañando a los cazadores... Se trata de personajes solitarios que buscan el bien a la vez que conservan la costumbre de llevar una navaja en el bolsillo. Con una escritura fría y afilada, no exenta de humor, Ismael Grasa transita por la línea que hay entre la cordura y la enfermedad. Conforme avanzan las narraciones el lector se siente reconfortado, en un lugar que le resulta familiar e incómodo.
Ismael Grasa (Huesca, 1968) es autor de La esforzada disciplina del aristócrata (Premio Félix Urabayen de Novela Corta, 1994) y de De Madrid al cielo (Anagrama, 1994), finalista esta última del Premio Herralde de Novela y ganadora del Premio Tigre Juan a la mejor primera novela. Ha trabajado en China como profesor de la Universidad de Lenguas Extranjeras de Xi'an. Opiniones de la crítica ante De Madrid al cielo: «Una voz propia realmente creíble» (Enrique Turpin, Lateral); «Una obra que merece ser leída con atención» (Ángel Basanta, Abc); «La pluma de Grasa sabe crear atmósferas con infinidad de sabrosos detalles, sabe tejer imágenes de tajante fuerza, sabe dibujar personajes sin encadenarlos al lugar común y sabe, por encima de todo, combinar crudeza y lirismo con una habilidad que permite abrigar esperanzas en su autor» (Tino Pertierra, La Nueva España); «Grasa satiriza el retrato de un medio tan concreto como el Madrid de la involución económica, política y lúdica» (Manuel Vázquez Montalbán, El País). De Días en China: «Una narración cargada de hallazgos y sutilezas sobre lo extraño y sobre lo heredado y conocido» (Lilian Neuman, Lateral). También es autor de dos libros de viajes, Fuera de casa y Sicilia. Foto © Cristina Grande