No es de extrañar que muchas mujeres jóvenes, y no tan jóvenes, piensen que no viven en un mundo machista porque, gracias a la lucha de otras mujeres en el pasado, existe la igualdad de sexos en nuestra sociedad. Sin embargo, Miguel Lorente, médico forense y acreditado experto en violencia de género, nos explica que, aunque todavía no sean conscientes de ello, seguramente esas jóvenes ya se encuentran atrapadas en situaciones no igualitarias y seguirán encontrando palos en las ruedas a medida que traten de avanzar en sus carreras profesionales, y también en sus vidas privadas; del mismo modo que muchas de las mujeres de más edad que antes soñaron la libertad, no han podido salir de los espacios y estereotipos que las atraparon.
En estos años hemos aprendido a identificar las consecuencias devariosfactores como la discriminación, losunosresultados más graves de la violencia o la desigualdad salarial; no obstante, no conocemos las trampas que la cultura tiene distribuidas por el terreno de la convivencia, para que todo transcurra de la forma prevista y dentro de los límites establecidos para hombres y mujeres.
No hay inercia en el la lucha contra lo establecido, dejar de actuar significa retroceder. La situación nos muestra que queda mucho por hacer, no sólo en el abordaje de las manifestaciones de la desigualdad, sino, y sobre todo, en la transformación de las circunstancias que dan lugar a ellas.
En Tú haz la comida, que yo cuelgo los cuadros, se muestran las trampas que esconde nuestro mundo, unas directrices aparentemente menos rígidas que antaño pero que tienen la misma finalidad de siempre: que nadie se salga del sistema establecido. Estos ardides, aunque ideados para controlar a mujeres, también están despertando el rechazo de algunos hombres que no quieren encajar en los roles tradicionales. Y es que, tal y como decía Simone de Beauvoir: «el problema de la mujer siempre ha sido un problema de hombres».
Miguel Lorente (Almería, 1962), doctor en Medicina y Cirugía, es médico forense y profesor asociado de Medicina Legal en la Universidad de Granada. Por su experiencia y su amplia formación ha sido pionero en el estudio de la agresión a la mujer desde un punto de vista científico, pues la definió como un síndrome; también ha participado como experto en diferentes comisiones del Congreso y del Senado sobre violencia de género y prostitución. Desde esta perspectiva ha llevado a cabo trabajos como Síndrome de agresión a la mujer, premiado por la Real Academia de Medicina y Cirugía de Granada, o Agresión a la mujer: maltrato, violencia y acoso, obra revolucionaria por su tratamiento médico-legal, jurídico, social, policial y sanitario del tema. Esta faceta, culminada en el libro Mi marido me pega lo normal, se combina con otra línea de trabajo fundamentada en la identificación humana por medio del estudio y del análisis del ADN, que lo ha llevado a colaborar con el FBI y a estudiar los restos de personajes históricos como Blanca de Navarra, el príncipe de Viana o Luigi Pirandello, siempre con la intención de integrar el análisis de las causas sociales que hacen necesaria la aplicación de estas tecnologías en la resolución de los casos; de ahí su interés por la violencia y por las conductas humanas envueltas en ella. En esta línea comenzó su investigación sobre las agresiones y circunstancias que envolvieron la tortura y la crucifixión de Jesús, cuyo resultado presenta en este libro.