Esta historia sencilla es, en realidad, una historia complicadísima pese a su brevedad, una novela policíaca siciliana con fondo de mafia y droga, aunque jamás se nombra ni la una ni la otra. Todo empieza con una llamada telefónica a la policía comunicándole el aparente suicidio de una persona. A partir de ese momento, de repente, la historia va creciendo, se dilata, se embrolla sin dejarnos ni un instante de reflexión. Ante la proliferación de los hechos, no sólo nosotros, los lectores, sino también el único personaje -el inspector- que en la novela busca la verdad , nos vemos llevados a activar nuestros reflejos en el mínimo tiempo posible, tiempo que puede reducirse, como en una de las más memorables escenas de la novela, a una fracción de segundo. Este es tal vez el riesgo extremo que se concede a un autor de la talla de Sciascia que siempre, hasta un mes antes de su muerte en 1989, cuando entregó este libro a su editor italiano, se obstinó en «sondear escrupulosamente en las posibilidades que quizá todavía le queden a la justicia».
Leonardo Sciascia (Racalmuto, Sicilia, 1921-Milán,
1989) estudió magisterio en
Caltanissetta y dedicó parte de su juventud
a la enseñanza. Posteriormente
empezó una brillante
carrera periodística para, más tarde,
convertirse en uno de los novelistas italianos más importantes de la posguerra. Su obra y su activismo político estuvieron marcados por una
decidida oposición a cualquier
manifestación abusiva del poder, y en muchos de sus libros
asoman personajes e historias reales. Tusquets Editores ha
publicado hasta el momento doce novelas
suyas -El contexto, 1912
+ 1, La bruja y el capitán,
El Consejo de Egipto, Puertas abiertas, Todo modo, El caballero y
la muerte, Una historia sencilla,
Cándido o Un sueño siciliano, Los apuñaladores, La desaparición de Majorana y El día
de la lechuza-, el volumen
de relatos Los tíos de Sicilia y el libro de viajes Horas de España. Cuando se celebran los veinte años de la muerte de este maestro de la novela negra, publicamos una nueva traducción de A cada cual, lo suyo, una de sus obras más
redondas y memorables.