Después de dos décadas escribiendo, Una puerta al río. obra de madurez situada en la Norteamérica de los años cincuenta y primeros sesenta, es posiblemente el libró que Barry Gifford estaba destinado a escribir. Un mosaico de recuerdos. obra de la imaginación, cuyo paisaje es el de un mundo turbulento, relato de una infancia y adolescencia inequívocamente americanas, visto con los ojos y la mirada perpleja e inocente de Roy, un niño de siete años. Como en los ríos Mississippi de Mark Twain y Big TwoHearted de Ernest Hemingway, encontramos en el Chicago de Gifford, en su Nueva Orleans, en las carreteras y caminos del Sur y del Medio Oeste, las sorprendentes vidas de personas perdidas en el caleidoscopio de la Norteamérica de posguerra, en especial la desorientada y decepcionada madre de Roy y su maleante padre. Una puerta al río completa la fascinante y fundamentalmente autobiográfica historia iniciada con Wyoming y El padre fantasma, con la que el autor ganó el Christopher Isherwood Foundation Prize for Fiction en 2006.