"El libro más importante del año."GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ... Y ambos veíamos lo que necesitábamos ver. Pero Ursúa me atrajo como un hechicero, y tiempo después comprendí que su voz era el soplo de la serpiente que me llamaba otra vez a su lomo. En Europa aprendí que todos los caminos llevan a Roma: aquí todas las aguas buscan el río. Y el agua de la sangre, y el agua de las lágrimas, y el agua que corría por mi espalda bajo el fogaje de la selva, buscan esas aguas inmensas o eran llamadas desde lejos por ellas.Me quedé mirando el atardecer. Allí estábamos los dos, en el puerto de Panamá, ante la mole de las aguas ardidas y entre el bullicio de las aves marinas. Estábamos en el final y en el comienzo, en el lugar de donde todos partieron a buscar la riqueza o la muerte. En el lugar de donde salió mi padre, de donde salió Pizarro con sus ojos ávidos, de donde salió Almagro con su rostro excesivo. Y el sol hundiéndose en el mar era como esa montaña de oro que todos persiguieron, que algunos hallaron, y que a ninguno le ayudó a vivir. Ahora éramos dos, un mundo verdadero, y en el sol yo veía tardes y reinos muertos, y él veía tal vez el fuego de su sangre y la raíz de sus montañas de infancia. Después hubo un silencio, en el que cabían todas las derrotas pasadas, y sopló un viento sobre las palmeras rojísimas, y entonces una sombra cubrió el sol a nuestra derecha, una sombra alta y solemne: el barco negro que nos llevaría al futuro.
"Aprendí a querer esta tierra por las palabras de un hombre que no la quería. Veo a Ursúa en las cosas que esquivaba y odiaba, porque unas alas de sangre lo llevaron sobre los reinos sin permitirle reposar ni un instante, pájaro rojo atravesando milagrosas florestas pero incapaz de comprenderlas, negro viento fatídico entre ramas que prometen en vano la dicha."
"... había mares de perlas y flechas con la muerte pintada de azul en la punta; había muchachas bellísimas que se alimentaban de piojos; había ranas más venenosas que diez mil indios y serpientes en el fondo de los lagos, que tenían alianzas con el trueno; había muchedumbres guerreras más silenciosas que la niebla y legiones de cristianos avanzando con el credo en los labios entre aldeas de brujos y selvas mortales."
Nació en Padua, Tolima, en 1954. Escritor y traductor. Estudió Derecho y Ciencias Políticas en Cali (Colombia), pero abandonó la carrera para dedicarse a la literatura y al periodismo. Ha publicado varios libros de ensayos: Aurelio Arturo (1991), Es tarde para el hombre (1994), Esos extraños prófugos de Occidente (1994), Los dones y los méritos (1995), Un álgebra embrujada (1996), ¿Dónde está la franja amarilla? (1997), Las auroras de sangre (1999) -publicado en España en 2007 por Belacqva-y Los nuevos centros de la esfera (2001). Además publicó cuatro libros de poemas: Hilo de Arena (1986), La luna del dragón (1992), El país del viento (1992), ¿Con quién habla Virginia caminando hacia el agua? (1995). En 1992 obtuvo el primer Premio Nacional de Poesía del Instituto Colombiano de Cultura. En septiembre de 2005 publicó su primera novela Ursúa -«la mejor novela del año» según García Márquez-, un verdadero testimonio dramático de la colonización que aparecerá en 2008 en este sello. Actualmente está inmerso en El país de la canela, la continuación de Ursúa, y trabaja en su próximo libro de ensayos. William Ospina está considerado como uno de los escritores más destacados de las últimas generaciones y sus obras son mapas eruditos de sus amores literarios, acompañados de declaraciones ideológicas sobre la historia y el mundo moderno. Es socio fundador de la revista literaria Número y desde hace tres años escribe una columna semanal en la revista Cromos.