Los años 50 retratados por Richard Yates tienen demasiados parentescos con los tiempos que vivimos. El aislamiento que nace de la comodidad. La incomunicación que produce la falta de sentimientos sinceros. La pérdida, muchas veces inconsciente, de valores, que en algún momento parecían fundamentales. Brillantes, bellos y confundidos, Frank y April Wheeler tratan de sostener sus ideas incluso contra sí mismos y sus debilidades. Yates los examina con una lucidez que tiene mucho de tristeza en esta magnífica novela: una indagación profunda y conmovedora sobre lo que las personas dejan que la sociedad haga con ellas.
Richard Yates nació en 1926 en Yonkers, en el seno de una familia bastante inestable. Estudió en Avon, Connecticut, donde descubrió su vocación por la literatura y el periodismo. Más tarde se incorporó al ejército y cumplió tareas en Francia y Alemania. Al regresar a Nueva York trabajó como periodista, redactor publicitario y ghost writer -escribió algunos de los discursos del senador Robert Kennedy-, y sus relatos comenzaron a aparecer en distintas publicaciones. En 1961 su novela Vía revolucionaria fue finalista del prestigioso National Book Award y le valió un amplio reconocimiento del público y de la crítica. Luego siguieron, entre otras, A Good School y Las hermanas Grimes (The Easter Parade), y los libros de relatos Once tipos de soledad y Liars in Love. Dio clases en la Universidad de Columbia, en la de Boston y en la de Iowa. Murió en 1992 en Alabama. La película de Sam Mendes, Revolutionary Road, ha motivado una merecida revaloración de su obra en todo el mundo.