Muchos inocentes han pagado con su libertad, o incluso con su vida, delitos que jamás cometieron. Los errores judiciales, la mala fe, la corrupción, los buenos o malos abogados ó las simples presiones políticas o de intereses sobre los tribunales han propiciado sentencias injustas. Este libro, refleja, con todo su dramatismo y lógica judicial, algunos de los casos más conocidos. Otros muchos no se conocerán jamás. El afán de hallar un culpable en lugar de el culpable, la falta de pericia de algunos letrados y psiquiatras. el prejuicio injustificado hacia los inmigrantes. el histerismo de algunos testigos. las pruebas manipuladas y ocultadas. los excesos de amor propio que se estrellan siempre con la frialdad de los hechos. la presión popular o la voz del pueblo, y sobre todo la concurrencia de circunstancias, han sido responsables de muchos errores judiciales. Sucesos como El proceso Lluis, El Crimen de Cuenca, El crimen del Expreso de Andalucía. Las niñas desaparecidas de la calle Hilarión Eslava. El crimen de la encajera... y por desgracia un largo etcétera. Sin olvidar el reciente suceso en el que Dolores Vázquez fue condenada sin pruebas concluyentes y después exculpada del crimen, del asesinato de Rocío Wanninkhof. Muchos fueron condenados a morir en un patíbulo, en la cámara de gas, con inyección letal. Otros arrastrarán secuelas psicológicas de por vida. La mayoría no han sido nunca rehabilitados o indemnizados: Un libro que denuncia estos crueles errores por los que nadie pidió jamás perdón.