Basándose en cientos de entrevistas y documentos internos, Chandrasekaran cuenta la historia de los habitantes de la Zona Verde de Bagdad durante la ocupación: del virrey Paul Bremer III a la flota de veinteañeros contratada para demostrar que los americanos pueden construir una democracia en un país de Oriente Medio asediado por la guerra. En el vacío de la planificación de la posguerra, Bremer pasa por alto aquello que los iraquíes quieran o necesitan y, en su lugar, persigue objetivos neoconservadores irrelevantes y el final del racionamiento de alimentos. Sus subordinados pasan sus días creando medidas políticas como castillos en el aire entre ellas una nueva ley de tráfico y una ley protectora de los diseños de microchips, en lugar de reconstruir edificios saqueados y restablecer la producción de la electricidad. Sus iniciativas casi cómicas encolerizan a los residentes y contribuyen a cebar la insurrección. Éste es un retrato fastuoso de un lugar con cierto aire a Mundo de Oz, donde se perpetró el disparate de la política estadounidense.