Historiador, filósofo y moralista, Plutarco nos legó uno de los conjuntos literarios más extraordinarios de la Antigüedad: las Vidas paralelas. Bajo este título se reúne una extensísima recopilación de biografías de algunos de los hombres más sobresalientes de la historia antigua. En estas piezas, Plutarco trasciende el relato histórico para también transmitir mensajes morales y llegar al alma de estos grandes personajes presentados siempre por parejas (uno griego y otro romano). Este primer volumen de las Vidas paralelas, además de una amplísima introducción general sobre la vida y la obra de Plutarco, reúne los textos Teseo-Rómulo y Licurgo-Numa, hombres que el autor relacionaba muy estrechamente: todos ellos fueron gobernantes de una época que aún basculaba entre la realidad y la leyenda heroica, y también hicieron gala de una personalidad que los convirtió en fundadores y legisladores.
Plutarco (45-120 d. C.) creció en el seno de una familia culta de Queronea durante la dominación romana de Grecia. Su formación filosófico-religiosa le aproximó al estoicismo, manifestándose incompatible con la ética epicureísta. En su obra Moralia (denominada también Obras morales y de costumbre) Plutarco plantea las bases teóricas de su ideal moral, mientras que en Vidas paralelas refleja la plasmación práctica de dichos ideales en figuras arquetípicas de la antigüedad greco-romana. El diálogo Sobre el amor, cuyos precedentes literarios se hallan en el Banquete y el Fedro platónicos, se centra en una cuestión concreta y particular: ¿deberá el joven Bacón renunciar a sus amantes masculinos y casarse con Ismenonodora?; y otra más general, sobre la realidad y esencia misma del amor. Antonio Guzmán Guerra, profesor de la Universidad Complutense de Madrid, incorpora en esta edición, vertida directamente del griego, abundantes notas que contribuyen a la localización y contextualización de la gran cantidad de citas literarias con las que Plutarco solía adornar sus obras.