Un viejo profesor de Literatura Griega que debe enfrentarse a un Minotauro digital; un astrónomo que se ve arrastrado al interior de su película favorita; un hombre que se ve abducido por unos invasores extraterrestres; las víctimas de un deshaucio hipotecario que deben enfrentarse al imperio romano; un arribista que asocia su éxito a la posesión de diversos automóviles; un combatiente de la batalla de Stalingrado atrapado en un bucle temporal o un atribulado padre que, noche tras noche, debe contar el mismo cuento a su niño.
En estas historias, y algunas más, se combinan elementos de la literatura fantástica, como los viajes temporales o la irrupción en la vida cotidiana de realidades extrañas e inquietantes, con una visión realista y crítica de la sociedad actual y de los desafíos que se nos plantean a los habitantes del siglo XXI, o de cualquier otra época.
Detrás de sus historias particulares, estos relatos plantean temas tales como la violencia que se va infiltrando insidiosamente en nuestro día a día, el fetichismo consumista, la soberbia ciega de ciertos intelectuales o el imperialismo de las nuevas tecnologías que condenan a muchas personas mayores (y no tanto) a deambular por auténticos gettos analógicos. Imperialismo que impone sus pantallas como filtros o sustitutos de la natural expresión de nuestras emociones cuando no de la realidad entera.