En lo imaginario, las fronteras, como instituciones históricas, conforman estructuras de cierre y de apertura, de unión y de ruptura. Pero también pueden ser el origen de unas ideas cuyos valores más importantes sean el mestizaje y la dimensión comunitaria de los individuos: un modelo de creación estética que reformule el concepto de cultura y, al mismo tiempo, amplíe el significado de términos como política y universalidad. A partir de La permanencia y de los límites de una teorización marxista de la política, Étienne Balibar indaga en los desafíos de la Europa de hoy para establecer una noción diferente de cultura, más acorde con los conflictos actuales en torno al racismo y a Las identificaciones colectivas que con las luchas y divisiones de clase en la sociedad moderna. Los ocho ensayos aquí reunidos pretenden abrir un espacio de discusión en el ámbito de la política y de la historicidad a partir de tres ideas fundamentales: el carácter imprevisible e indeterminado de la historia, La cultura como una universalidad conflictiva en la que las prácticas sociales se diferencian de las representaciones, y una interpretación del mundo anclada en la colisión de las identidades colectivas y las universalidades conflictivas de Mercado, Estado, Ley, Revolución y Emancipación que se cristalizan en los problemas de fronteras. Mediante un análisis exhaustivo de los peligros y de los interrogantes que plantea el escenario político europeo, Étienne Balibar busca respuestas en el estudio preciso de los cambios que conlleva la formación de una Europa en la que el respeto de las diferencias puede ocultar el mayor de todos los riesgos: la intolerancia extrema. Para evitarlo, el autor propone el concepto de cultura de las fronteras , el cual, al cancelar la vieja dicotomía entre culturalismo e ideal de ciencia, permite la superación de cualquier identidad y, con ello, el funcionamiento colectivo de Las sociedades humanas a partir de una política de civilidad que ponga freno a la violencia de exterminio.
Es doctor en Filosofía por la Universidad de Nimègue (Países Bajos) y profesor emérito de la Universidad de París-X Nanterre. Discípulo de Louis Althusser -con quien escribió el clásico Para leer El Capital- y militante del Partido Comunista francés durante dos décadas (1961-1981), en los últimos años se ha dedicado a vincular las problemáticas de la nacionalidad, las migraciones y la crisis de la soberanía estatal. Entre sus numerosas obras cabe destacar, Filosofía y lucha de clases (escrita en colaboración con Louis Althusser, P. Macherey, J. Rancière y R. Establet), Raza, nación y clase (con Immanuel Wallerstein) y Nosotros, ¿ciudadanos de Europa?: las fronteras, el Estado, el pueblo.