Este libro es la historia de un fracaso. Como sabemos, las propuestas mundialistas se verían arrinconadas posteriormente por las tesis del autodenominado realismo y el paradigma de la Guerra Fría. Pese a todo, sin aquellas iniciativas sería imposible comprender la fundación de la ONU, la FAO, la UNESCO y la OMS, o la aprobación en diciembre de 1948 de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Tampoco la trayectoria posterior de Madariaga y su significación entre las redes atlantistas o las forjadoras de la integración europea podrían interpretarse de manera plausible sin atender a su trayectoria intelectual y vital en las décadas previas.
La historia está dominada por relatos de victorias, pero son los fracasos los que explican tanto o más de nosotros, aunque cuenten siempre con menos padrinos. En un mundo actual caracterizado por la incertidumbre, parece oportuno analizar los relatos y las redes transnacionales de aquel primer mundialismo fallido, siguiendo pistas que permitan otorgar sentido a nuestro presente.