La parlamentaria holandesa de origen somalí Ayaan Hirsi Al¡ es consciente `de que está amenazada de muerte. Lo sabe porque su nombre aparecía citado en la misiva que el asesino de Theo van Gogh dejó sobre el cuerpo inerte del cineasta. El motivo de la amenaza: su lucha en defensa de las mujeres islámicas y su afilada crítica del islam. En Yo acuso, Ayaan recopila sus polémicos discursos y ensayos, en los que clama por una época ilustrada para el islam y porque Occidente contribuya a la generación del V®Itaire del mundo musulmán. Por esa misma razón, se ,opone a toda políti,ca de integración de los inmigrantes basada en los principios del multiculturalismo, que a su juicio permite la permanencia de normas culturales y religiosas que frenan el proceso de emancipación de los musulmanes. También ofrece diez consejos para las mujeres que quieran liberarse del yugo del islam e incluye el controvertido guión de Subrrrissiorr Part 1, el filme por el que su compatriota halló la muerte a manos de un extremista. El discurso de Ayaan es tan lúcido como cóntundente,y tiene un objetivo claro: liberar a las mujeres musulmanas de la opresión a que las somete el islam y su cultura.
Activista de los derechos de las mujeres, defensora a ultranza de la libertad de expresión, y autor de best-sellers. También conocida como alguien que no tiene miedo a hablar cuando siente que es necesario. Ha demostrado un gran coraje y arriesgado su vida para expresar la injusticia que ve a su alrededor. Y ha hecho algo más que hablar. Ayaan ha canalizado sus experiencias de vida, y el cuidado que ella obtuvo, a través de su Fundación: AHA Foundation. Alguien que merece sin duda ser escuchada, pues por su parlamento, vive amenazada de muerte.