El Primero de Mayo de 1979, una nieve imprevista tiñe de blanco las calles de París. Asentado en aquella ciudad, el narrador, un antiguo agente del comunismo español, se debate con la tarea que se ha encomendado a sí mismo: indagar, a través del relato de su propia vida, cómo el torbellino de la Historia arrastra al individuo. Surgen enseguida los retazos de la infancia, el descubrimiento de la dialéctica marxista y el lento aprendizaje de la decepción ante las grandes mentiras ideológicas del siglo XX. Pero hay un episodio sobre el que el narrador tiene que volver compulsivamente, como si fuera un auténtico punto de fuga del horror: los quince meses de detención en el campo de Buchenwald. Testigo de la barbarie nazi, el narrador vuelve su mirada a un domingo de diciembre de 1944, cuando una compañía de judíos polacos, abandonados bajo la Iluvia, se convierte para él en símbolo de la humanidad derrotada.\n
Jorge Semprún nació en
Madrid en 1923. En 1939 su familia se trasladó a París. Miembro de la
resistencia durante la ocupación alemana, en 1943 fue enviado al campo de
concentración de Buchenwald. Tras su liberación en 1945, ya afiliado al Partido
Comunista en el exilio, se entregó a una intensa actividad clandestina en
España. Entre 1988 y 1991 fue ministro de Cultura de nuestro país. Su labor
literaria ha merecido un amplísimo reconocimiento: el Premio Fémina en 1995, el
Premio Planeta (1997), el Premio de la Paz de los libreros alemanes (1994), el
Premio Jerusalén (1996) o el Premio Fundación Lara a la mejor novela en lengua
española publicada en 2003 por Veinte años
y un día.