Una gran maestra se preguntaba sobre el viejo dilema de si la educación es un arte o una ciencia, y se respondía que quizás era un acto de amor. El libro que tienes en las manos es de una maestra que con sus reflexiones nos acerca con toda naturalidad al acto de amor de la educación. La profunda estima y respeto hacia los niños, hacia el trabajo de maestra, hacia la escuela, hacia los compañeros, hacia las familias son el motor de la reflexiónacción recogida en este libro. De manera llana, nos acerca a temas de hoy y de siempre sobre cómo aprender, cómo relacionarnos y cómo enseñar a los niños y niñas de parvulario. Y nos permite descubrir un estilo de maestra, una maestra que con su trabajo genera una dinámica constructiva y nos muestra una pedagogía real, cotidiana, capaz de generar entusiasmo. En los diferentes momentos recogidos en el libro, podemos identificar algunas constantes del pensamiento pedagógico que guía el trabajo de Mari Carmen Díez: la escucha de los niños, el optimismo en la educación, la apertura hacia los demás y la sensibilidad hacia la belleza, de manera especial la literaria. Son momentos que permiten descubrir en nuestra compañera a una gran maestra.