Por más que esta obra constituya un texto de carácter literario, en él se encierra un interés filosófico, al menos a juzgar por la extensión del concepto de "alma bella" en la filosofía del siglo XVIII. No obstante su origen se remonta hasta Platón, y de este a Plotino, de Plotino a san Agustín y de aquí a la mística alemana de la baja Edad Media. Y todo ello a través de la fina mirada psicológica de Goethe.