Una combinación anfibia entre lo confesional, lo poético, lo aforístico, el diario íntimo y hasta la reflexión política, en un tiempo opaco a la frivolidad. Este cuaderno de apuntes -trazados por Miguel Ángel Arcas durante su confinamiento en París, pero que no huelen a encierro- nos ofrece, en palabras de Eloy Tizón "un autorretrato de cuerpo entero del poeta, con generosidad y materiales nobles".